Qué es la inteligencia emocional ? En el año 1930 el psicólogo y profesor Edward Thorndike, da los primeros pasos al elaborar la definición de “Inteligencia social” como la capacidad que poseemos para llevarnos bien con los demás. Diez años después el psicólogo rumano-estadounidense, David Wechsler, hace mención a que los componentes afectivos presentes en la inteligencia, podrían ser esenciales al momento de alcanzar el éxito.
Historia de la Inteligencia Emocional
En los años 50, se describe la construcción de la fuerza emocional, a través de estudios realizados por el humanista Abraham Maslow. Pero no es hasta 1975, cuando Howard Gardner, hace un avance en su libro “La mente rota”, llevando el concepto de las inteligencias múltiples a un nivel superior.
El término Inteligencia Emocional, es introducido por Wayne Payne, en el año 1985, en su tesis doctoral, la cual tituló «Un estudio de la emoción: el desarrollo de la inteligencia emocional». Quedando en el olvido hasta que los psicólogos Peter Salovey y John Mayer, profundizan más acerca del tema en un artículo denominado “La inteligencia emocional”.
Pasarían 5 años, para que Daniel Goleman, realizara la publicación del libro “La Inteligencia Emocional”, logrando capturar el interés del público hacia el tema y apareciendo en la lista de los más vendidos.
¿Quién es Daniel Goleman?
El conocido e influyente psicólogo Daniel Goleman es oriundo de Stockton, California, Estados Unidos. Nació el 7 de marzo de 1946. Su madre Fay Goleman, ejerció la docencia en el área de sociología en la Universidad del Pacífico y su padre Irving Goleman, fue docente de humanidades en el San Joaquín Delta College.
Realizó estudios de antropología en la Universidad de Amherst, Massachusetts, tras recibir una beca otorgada a los jóvenes líderes, por parte de la Fundación Alfred P. Sloan. Luego obtuvo su doctorado en psicología clínica en la reconocida Universidad de Harvard, en la que tiempo después, sería invitado a dar la cátedra de psicología de la consciencia.
Tras su paso por la academia, comienza a trabajar en la revista de psicología Psychology Today, una de las más importantes en su país. Es aquí donde se enamora de la escritura, lo cual marcará sus futuros logros.
En el año 1984, se introduce de lleno en el periodismo científico, ejerciendo como redactor de la sección de ciencias de la conducta y del cerebro en el conocido periódico The New York Times, durante doce años.
Creó junto a otros colegas la Sociedad para el Aprendizaje Académico, Social y Emocional en el Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Yale, luego en la Universidad de Illinois, en Chicago, la cual tiene como fin prestar apoyo a las escuelas, para integrar cursos orientados a la educación emocional.
Todo marchaba normalmente en su vida, cuando en el año 1995 llega a la fama al escribir el libro “La Inteligencia Emocional”, que vendió más de cinco millones de copias alrededor del mundo. Este se complementó, posteriormente con una saga de publicaciones, lo que las ha transformado en un best-seller. Fue entonces cuando el término inteligencia emocional, se dio a conocer de forma colectiva.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional es una forma de comprender lo que comúnmente llamamos “inteligencia” de una forma más vasta en la que acceden, no solo habilidades que usualmente relacionamos con ella, como lo son la memoria o la capacidad, para solucionar inconvenientes lógicos, sino, además, la capacidad para entender las propias emociones y las de los otros.
La Inteligencia emocional fue un constructo bastante estudiado por diferentes estudiosos y ha creado una gigantesca disputa al respecto. Hay distintas definiciones de inteligencia emocional, a partir de que Salovey y Mayer, la referenciaron por primera ocasión en un artículo denominado Emotional Intelligence, descrita como la porción de la inteligencia social, que consistía en la capacidad para mirar los sentimientos tanto nuestros, como los de los otros para utilizar dicha información en la resolución de conflictos.
Según Mayer y Salovey, puede definirse la inteligencia emocional como “la capacidad para notar, apreciar y manifestar emociones con precisión, la capacidad para entrar a sentimientos o generarlos, que posibiliten el raciocinio, la capacidad para entender los sentimientos y el razonamiento emocional, y la capacidad para regular los sentimientos promoviendo el incremento personal e intelectual”. Es por consiguiente que en los últimos años el manejo de los individuos no es tanto medido solo por su capacidad intelectual, medida por su coeficiente intelectual, sino que la capacidad emocional juega un fundamental papel, por lo cual fueron varios los estudios al respecto y las definiciones de este constructo de la personalidad.
Este criterio ha sido además introducido en la teoría de las inteligencias diversas de Gardner. Para este creador hay 8 tipos de inteligencias diferenciadas en funcionalidad del espacio cognitivo usado: inteligencia lógico-matemática, lingüística, corporal-kinestésica, espacial, musical, naturalista, intrapersonal e interpersonal. Las dos últimas, serán los tipos de inteligencia, que definirían, además, el sentido de inteligencia emocional, por un lado, la intrapersonal es la función de percibirnos a nosotros y guiar nuestra propia vida por medio de constructos como la autodisciplina, la autocomprensión, y la autoestima. Paralelamente, la inteligencia interpersonal podría ser la función de notar en las otras diferencias respecto a sus estados de ánimo, motivaciones o temperamento.
Tomando como base estas conceptualizaciones previas, se llega a una de las definiciones de sabiduría emocional más aceptadas, la elaborada por Goleman, que la divide en 5 elementos: autoconciencia, autorregulación, automotivación, empatía y capacidades sociales. Este creador la define como un grupo de capacidades que nos posibilita, entre otras cosas, tomar las riendas de nuestros propios impulsos emocionales, entender las emociones más profundas de nuestros propios similares y manejar amablemente nuestras propias colaboraciones.
Más recientemente, Mayer, Salovey y Caruso, volvieron a redefinir el concepto inteligencia emocional, proponiéndolo como una capacidad del procesamiento de la información emocional, como guía del pensamiento y el comportamiento, así como un grupo de autopercepciones situadas en los niveles más bajos de la jerarquía de la personalidad.
En resumen, la Inteligencia Emocional se basa en torno a 5 enormes capacidades, las cuales tienen la posibilidad de ejecutar y la existencia en menor o más grande medida de todas ellas definirán el nivel de Inteligencia Emocional del individuo:
1- Auto identificación emocional: Identificar las propias emociones, saber qué se está sintiendo en cada instante.
2- Administración emocional: Capacidad para redirigir las propias emociones, saber expresarlas en el tamaño correcto y en el instante conveniente al caso y el entorno social.
3- Automotivación: Capacidad para transformar una emoción en acción. Saber alinear los sentimientos de forma conforme a las metas marcadas.
4- Identificación de los sentimientos de los otros: Capacidad de empatizar, leer las señales corporales y el lenguaje no verbal que manifiestan los otros, lo cual nos puede arrimar o alejar del entorno social.
5- Establecimiento de colaboraciones sociales: Capacidad para tener relación con los otros, interactuar de manera eficaz y crear vínculos, generalmente un óptimo dominio de lo cual llamamos capacidades sociales.
Daniel Goleman explica así la Inteligencia Emocional, como la capacidad de una persona para manejar sus sentimientos de manera que esos sentimientos se expresan de manera adecuada y positiva. Según Goleman, la Inteligencia Emocional es el más enorme predictor de éxito en el lugar de trabajo. Lee más sobre inteligencia emocional en el trabajo.
¿Qué es y para qué sirve la inteligencia emocional?
La Inteligencia Emocional nos ayuda a seleccionar, el camino adecuado cuando nos encontramos delante de un problema o una situación, para así descubrir la mejor vía. Nos ayuda a ver y sopesar, diferentes posibilidades, para llegar a lo que deseamos.
Esta nos aporta la función de comprender y examinar información, para poder usarla de forma más asertiva. Cuando nos referimos a lo emocional, podemos entender, que se refriere a los sentimientos y a lo emotivo, y el cómo reacciona cada individuo delante de algunos de los sentimientos de las personas.
Al fin y al cabo, la Inteligencia Emocional, es la capacidad que adquieren las personas, para lograr ser emocionalmente capaces. Para conseguir esto se requiere tener las siguientes características:
- Autoestima idónea.
- Empatía.
- Capacidad de mantener el control de sentimientos y emociones.
- Poder tomar elecciones correctas.
- Saber ofrecer y recibir.
- Poseer valores que ofrezcan sentido a su vida.
- Capacidad de superación en situaciones negativas.
Los profesionales concuerdan en que esta clase de inteligencia, juega un papel fundamental en el triunfo, tanto personal, como profesional. Siendo inclusive, más relevante que el cociente intelectual. Sea como sea, la Inteligencia Emocional parece estar asociada a todo, como por ejemplo, la toma de decisiones, para favorecer el rendimiento académico.
¿Qué es la inteligencia emocional y ejemplos?
La inteligencia emocional forma parte de lo que constituye la aptitud que se puede desarrollar para empatizar, manejar y mejorar sus propias emociones. Esta se desarrolla, para facilitar las relaciones con los demás y consigo mismo.
Conforma la solidez que puede tener alguien, a través de los pensamientos positivos y el enriquecimiento de su entorno. Muchos son los que han escrito respecto al tema, sin embargo, existen algunas guías, ligadas a estos comportamientos y a las formas de mejorarlos. Acá abajo encontrarás algunas de ellas:
- el entendimiento de los pensamientos y la conducta, de esta manera rompe la monotonía y se mantienen en constante aprendizaje.
- asumiendo las criticas como algo positivo, favoreciendo las relaciones interpersonales.
- Estimula la capacidad de concentración y creatividad, así como mejora reconocimiento y entendimiento del lenguaje no verbal.
¿Qué nos permite la inteligencia emocional?
La Inteligencia Emocional nos posibilita tomar conciencia de nuestras propias emociones, entender las emociones de los otros, soportar las presiones y frustraciones que aguantamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de laborar en grupo y adoptar una reacción empática y social, que nos brindará más grandes maneras de desarrollo personal. Es decir que, el triunfo de una persona no depende únicamente de su coeficiente intelectual o de los estudios realizados. Por lo cual, lo que más importa es el grado de sabiduría emocional. La inteligencia emocional, tal y como lo muestra Goleman, es la función de reconocer las emociones propias y las de los otros, para de esta forma manejar bien los sentimientos y tener colaboraciones más productivas con quienes nos rodean.
Para conocer y mantener el control de los sentimientos propios y ajenas, para obtener determinados objetivos, es necesario desarrollar 5 capacidades:
Reconocer tus propias emociones: Poseer conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el instante en que pasa. Una inviabilidad en este sentido nos deja a merced de los sentimientos incontrolados.
Manejar los sentimientos: La capacidad para manejar los propios sentimientos con el propósito de que se expresen de manera oportuna se basa en la toma de conciencia de las propias emociones. La capacidad para emblandecer expresiones de rabia, rabia o irritabilidad es importante en las interrelaciones interpersonales.
Motivarse a él mismo: Una emoción tiende a fomentar hacia una acción. Por esa razón, emoción y motivación permanecen íntimamente interrelacionados. Los individuos que tienen estas capacidades tienden a ser más productivos y efectivas en las ocupaciones que emprenden.
Reconocer los sentimientos de los otros: Un don de gentes importante es la empatía, la cual se fundamenta en el razonamiento de las propias emociones. Los individuos empáticos sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo cual los otros requieren o quieren.
Implantar interacciones: El arte de implantar buenas interrelaciones con los otros es, en gran medida, la destreza de manejar los sentimientos de los otros. La competencia social y las capacidades que conlleva, son la base del liderazgo, fama y eficiencia interpersonal. Los individuos que dominan estas capacidades sociales son capaces de interactuar de manera suave y positiva con los otros.
Tipos de inteligencia emocional
Entre los tipos de inteligencia emocional según Goleman, tenemos la posibilidad de detectar:
1. La inteligencia intrapersonal
Está formada por la manera en las que nos relacionamos con nosotros. Tenemos la posibilidad de encontrar tres elementos, que nos ayudarán a comprender los diversos tipos de sabiduría emocional:
- La consciencia en uno mismo: no es más que la función de comprender las propias debilidades, fortalezas, emociones y estados de ánimo de nosotros. Este autoconocimiento interfiere en el impacto sobre los otros y sobre el trabajo. Para eso, es fundamental tener en cuenta la práctica diaria de la reflexión como un instrumento importante que nos ayuda a entendernos y entender nuestras propias ocupaciones.
- La autorregulación o control de uno mismo: en este sentido, la práctica regular de mindfulness nos aporta los instrumentos primordiales para lograr desarrollar estas capacidades, como la función de mirar externa e internamente libres de juicios y poder pensar de forma no condicionada anterior a actuar, para tomar superiores elecciones.
- La automotivación: es la destreza que poseemos de afrontar a los inconvenientes inherentes y hallar las resoluciones finalizadas. El desarrollo personal que nos aporta reflexionar diariamente impulsará activamente esta capacidad.
2. La inteligencia interpersonal
Compuesta igualmente por otras competencias que interpretan como nos relacionamos con los otros, en medio de las que resaltan:
- La empatía: es la destreza para ponernos en el sitio del otro y contestar a sus actitudes emocionales con coherencia.
- Las capacidades sociales: es la función de influir en los demás de los individuos para el desempeño de las interrelaciones con los otros, sin necesidad de manipular al otro.
Tal y como referíamos previamente, los exámenes de sabiduría emocional tienen la posibilidad de cuantificar y evaluar estas diversas propiedades de nosotros. El razonamiento de nuestras propias emociones identificará los tipos de sabiduría emocional que tenemos, dotándonos de un instrumento importante.
De esta forma, sabiendo cuáles son los tipos de sabiduría emocional, tendremos la posibilidad de tener una percepción más real y completa de nosotros, para el subsiguiente desarrollo hacia nuestro incremento personal, y poder cambiar realmente nuestra percepción de vida.
Test de inteligencia emocional
Una vez que se ignoran recursos fundamentales de comportamiento y carácter tienen la posibilidad de aparecer personas que, aun cuando académicamente brillantes, son ineptas social e interpersonalmente. Su unión a la organización o su promoción a posiciones de más grande responsabilidad podrían afectar a la compañía, afectando a sus miembros y al clima de trabajo. El examen de inteligencia emocional es la herramienta que ayudará a hacer un diagnóstico y encontrar las zonas donde se debe laborar más para mejorar y crecer como persona.
El examen de inteligencia emocional engloba dos puntos:
- Capacidad de comprenderse a uno mismo, las propias metas, intenciones, respuestas, y comportamiento.
- Capacidad para entender a los otros y sus sentimientos, emociones y actitudes.
Goleman identificó los 5 dominios de la sabiduría emocional, los que conforman este grupo de capacidades que hace a los individuos ser mejores dirigentes. Un examen de inteligencia emocional, dejará encontrar si quien se confronta a las interrogantes es capaz de:
- Conocer sus propias emociones.
- Gestionarlas una vez identificadas.
- Reconocer y entender los sentimientos de otras personas.
- Gestionar las colaboraciones, lo cual es lo mismo, gestionar los sentimientos de los otros.
El test de inteligencia emocional, es un apoyo para conseguir y orientar a las personas a esforzarse, así como para desarrollarse en una adaptación mejorada de sí mismos, en el cual se va a tomar en consideración el entusiasmo, la creatividad, el entendimiento o la dimensión para poder afrontar a los posibles cambios.
Si no se emplea un instrumento de esta clase son imposibles de medir estas habilidades y, por consiguiente, resulta más difícil laborar para mejorarlas.
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